Me gustaría conocer a un hombre que me comprenda y en quien confiar
Querría encontrar a un chico con el que pueda hablar.
Sueño con alguien con el que correr por la lluvia del verano y con el que aprender a volar,
que siempre esté cercano y con quien pueda disfrutar de todo lo que ofrece la vida y con el que encontrar una manera de salir del callejón sin salida, es decir de olvidar.
Olvidar el horrible secreto que tiene tanta profundidad y acabar con el miedo, asesinar la ansiedad.
Quisiera conocer a un hombre que me proteja de los peligros de este mundo,
que esté conmigo en cada segundo, que sea realmente generoso, comprensivo, tierno fiel y cuidadoso.
Me gustaría encontrar a alguien
que me libere de esta lluvia de balas de la que querría escapar
y que me arregle las alas para después poder volar.
Una gaviota con las alas pegadas simplemente no puede volar hacia la libertad ni terminar de una vez con la soledad. Pero juntos pudiéramos mirar a una estrella fugaz y así finalmente vivir en paz.
Sueño con conocer a alguien que impida que yo recuerde aquella tarde remota en la que todo debería cambiar
y que siga echando la pelota a las personas con las me gusta estar.
Alguien con el que pueda compatir todo
o para decirlo de otro modo
estoy buscando al famoso príncipe azul, el héroe de un sueño maravilloso, una obra maestra de la imaginación
y un hombre de sensación.
El violeta triste es su calor favorito,
el libro “Cien años de soledad”
el hubiera podido haberlo escrito,
sí, lo hubiera podido de verdad.
Es una estrella solitaria en un universo tan grande
que se refleja en el fondo del mar,
es una luz brillante, la más bonita que me puedo imaginar.
Es un ángel – sin alas pero con corazón
- que es tan lindo y generoso,
es decir que es un sol, un sol que habla español.
Las palabras en mi caeza están danzando
y yo todavía estoy soñando
un sueño que ya no ha empezado
que trata de él, de él a mi lado.
Quiero vivir en el lado alegre de la vida
y lo quiero ya.
No sé si encontraré a mi media naranja,
lo único que puedo hacer es rezar.
Dios tiene la sartén por el mango
y si lo quiere, eso va a pasar.
Espero la gracia del Dios bondadoso
que es todopoderoso
y confío en San Miguel Arcángel, el príncipe de la milicia celestial,
para que me defienda en la batalla
y esté conmigo en general.
También rezo a la madre mía,
a la dulce Virgen María,
y le pido a Jesús que me guarde
ya sea temprano o tarde
para que este sueño sea real
y que tenga un buen final.
Tag der Veröffentlichung: 21.06.2011
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