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EPÍGRAFE


Frágil infinito azul
bajo las pestañas de los abismos.
Dulce poniente en el dorso del mar
tus ojos
inmensidad de haber sido.


SAGRADAS MANOS


(a mi madre Hilda, in memoriam)


Horas que caen sobre mí, divididas
cual manto de lluvia bajo un sol de diciembre.
Pregunten a la fuente donde dejé escondida
la faz del amor que un día tuve y no recuerdo.

No me acuerdo de noches, de días, ni de fiestas.
No recuerdo nuestros pasos, ni simientes ni carencias.
Sólo sé que las manos que limaban las aristas
fueron podadas por un amor que consume.

Sagradas manos que sustentaron mástiles,
sagradas manos que diseñaron los pasos
del verdadero amor que a la vida da sentido.

Tu anochecer aún en mi voz hace un nudo.
Tu anochecer aún me suena a verdugo.
Oh Jardín que reposa en mi paraíso perdido.


MÚSICA


Anochece
sobre los campos y los árboles.
Y algunas estrellas
van ocupando su sitio
en el balcón de la tarde.

Y de repente
muy discretamente
la luna guarda las estrellas
en su cajita de música

para que las nubes
puedan tocar
la serenata de la lluvia.


MUJER


No eran congojas
y sí mármoles
lo que reflejaron tus ojos
que enfrentaron todas las tempestades.

Mármoles helénicos
que esculpieron rostros de ángeles,
de santos,
de sabios,
de tantos mundos,
mas que eran solamente el tuyo.

Tu rostro-universo.
Tu rostro-poema,
tu rostro-mujer,
tus ojos-versos...
Oh madre...


COMO UNA CANCIÓN


Como una canción
tu voz me llama
hacia la vida...

La vida que me nutre
en el valle de tu pecho,
en la paz de tu ternura.
Ternura que me desdobla
en pájaro y ángel.

Y tu presencia ya es milagro,
y tu presencia ya es sinfonía
que dirige mis alas
rumbo al Este.

A tu Oriente,
donde la luz es eterna,
y el amor, epifanía.


BUSCADOR


Tu presencia habla en mí
a pesar de la distancia,
a pesar del dolor.
Y alcanza una sabiduría eterna,
yo voy en busca de respuestas
a esta mi hambre de infinito.
Y caminante de un universo
exclusivamente mío,
voy en busca del rostro de mi Dios
rectificando el laberinto.


TE SIENTO...


Te siento en el silencio de la noche,
cuando, humildemente,
busco a tus ojos tiernos
que, en la palidez de la luna,
se confunden con las estrellas.

Y no veo a nadie más,
y a nadie más imploro
salvo a ésa tu llama

que me sustenta,
que no vacila en la angustia,
que es como el pan de la tierra,
y que es
solamente amor en la noche viva.


CUERPO DE AÑORANZA


La música.
De repente, se aposenta la alucinación.
Lo que es eterno despierta,
bosteza el arroz con judías.
Pasea entre acordes,
entre lo etéreo y lo invisible,
un cuerpo de añoranza
por siempre permisible.
Siento como se sienta a mi lado,
la mano sobre mi cabeza:
soldado, no llores
antes de que la vida te acontezca.


DIVINIDAD


Iluminada el alma,
partir para otras esferas.
Volar sobre otros mundos
y conocer otras eras.
Gólgota
es ese tálamo asombroso
que envía a la cruz,
el cuerpo.


CONFIANZA


Quién pasa sobre mi ser
en esta invisible alborada
y me cubre de sol
como un árbol apasionado.

Quién conmigo se mece
en esta fábula infantil
y me enseña
a beber de este vaso dorado,

el agua más pura de la vida,
aquella que brota
de la fuente del ser amado.

A ti confío...

mi primavera y sus ponientes,
mis lunas, mis estrellas,
mi maternal horizonte.

Mi ruta cuidadosa,
mis noches de Navidad,
mis lágrimas dolorosas,
mis pasos rumbo al Sol.

A ti confío...


LUZ DE MI CAMINO


En mi camino,
eres como el agua
de todas las fuentes.

Eres la danza
de todos los gestos
de amor del mundo.

Eres como una campana
que expande en la Noche Santa
su canto de amor fecundo.

No hay espinos,
no hay tinieblas.

Tu amor me alumbra,
como una lámpara eterna.


MARÍA


María, arcana
de un mundo consentido
en placer y dolor.
En todos los silencios,
en todas las ausencias,
más fuerte que el trigo
en las manos de la inocencia.
Flor de lino eterno,
soy sólo
un pájaro más que anida
en esta tu
catedral marina.


“DI PROFUNDIS"


Déjame cruzar esta fuente,
que es la fuente de tu espíritu,
donde las aguas suben montes
y lavan mis abismos.

Déjame estar así, contigo,
cansada, en la noche que llega.
Y ser en ti agasajada
como en un nido de estrellas.

Estrellas que enlazan mis sueños,
así como los brazos de Dios,
donde, en la noche oscura de la vida
mi dolor adormeció.


MEDIA LUZ


Hubo, un día,
un tiempo de recogimiento.
Música, poesía,
civilizados ímpetus de expandirse
hasta la claridad.
Pero llegó la reclusión impuesta
por la vida sin sentido
de todas las ciudades
de todas las edades.
Y casi siempre es de noche,
y casi siempre es tarde.
Para el rojo ya pasó su tiempo
y el verde ya no germina.
Curva el cuerpo sin ganas
y luz de vela ya ilumina.


LÁGRIMAS


Lágrimas...
qué son...
- son el cuerpo del alma,
que se lava,
que se perfuma,
para su encuentro de amor.

Lágrimas...
se comportan como niños
jugando por los jardines
de los ojos,
ora encontrando espinos,
ora encontrando rosas,
Regando los ojos
para que ellos puedan
ver mejor...

Lágrimas de nostalgia.
Lágrimas de amor.
Lágrimas causadas
por la nostalgia de este amor...

son aquella fuente,
aquella fuente
que da vida a los pájaros
del alma,

y hace que sus alas
se eleven cada vez más alto,
cada vez más firmes,
y su vuelo alcance la plenitud.
La plenitud de la dádiva
del amor.


SALMO


Sí, Maestro:
la cáscara más fina que el polvo.
Adormezco como los vegetales.
Persigo Tú ejemplo,
sin altitudes,
desenfocada de la sabiduría.

Ponme en un trigo profundo,
encima de los declives,
sobre un rayo de luna.
Pues sólo Tú reconoces
el suelo consagrado
para el desenlace de la aurora.


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Tag der Veröffentlichung: 07.01.2011

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