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LA SUMA VIGILANTE EN TRES TIEMPOS

 

 

OLGA GONZALEZ DEL PICO

 

 

 

A mis padres, pura ofrenda. A 

todos mis Poetas amigos; a la vida

 

 

 

SILENCIO

 

                 A mi madre

                       

Un extracto del preludio

un sentir profundo, intenso

un batir de alas en vuelo

una deshilada queja, un lloro

una dimensión sin tiempo.

Todo y nada más, un rezo.

Ave María Santísima

ave ascendiendo al cielo...

Todo queda conjugado al silencio

la llama se vuelve espuma

el dolor lleva dos remos

dilación indefinida traspasando

la infinitud de los rezos.

Difundido en el rocío

en mis pupilas las lágrimas

sobre un sudario sin tiempo.

Margen de un dolor muy hondo

Ave María Santísima

su alma ascendiendo al cielo.

LA HORA CERO

 

           A mi hermana María del Carmen

 

Faltaba un ruiseñor.

Citados, eran siete, siete

para iniciar un lúgubre

Nocturno, una noche de duelo.

 

El séptimo era el Gran Maestro

infortunio imprevisto

hasta llegar a la mansión

donde reina el silencio.

La nota grave traspasaba

la altura de las cumbres.

 

La noche, aureola del poniente

circundaba la evasión

de un instante supremo.

Al unísono flautas de oro

capaz de estremecer

al Lucifer de los infiernos.

 

Todos allí, en el centro

bóveda circular donde

la noche propulsaba

la acción de oníricos empeños.

 

Los astros rutilantes

y la Luna, se asomaban

al balcón de los espacios

era como decir La Hora Cero.

Ondulación de líquidos apuntes             

rojo escarlata, negro tapiz

decoraban un tránsito de tiempo.

 

El séptimo movimiento

en la batuta del Gran Maestro

escalas al amor y otras de duelo.

Ruiseñores acordes al sonido

del teclado del piano y la clave

en las ondas del viento

respondían a coro, el final

del lúgubre Concierto.

 

El búho escrutaba en silencio

cómo iban los siete ruiseñores

al desolado túnel del misterio.

 

La noche conjugaba una tristeza

La Bella Dama, quizás fuera

escoltada, Uno de los siete,

El Gran Maestro.

Y su espíritu en forma de corola

cruzando las escalas del silencio.  

LA PALABRA

 

Se me quedó en los labios

la palabra secreta...

Con sus garfios punzantes

fue atravesando alas

de níveas mariposas.

Atravesó el anillo celeste

que marcó en mi reloj

el nacimiento de una hora.

Maléfica y terrible

no quiero pronunciarla.

Formando torbellinos de ira

suspendió en un suspiro

el corazón de un alba.

En cenizas quedó

la llama de una hoguera.

Allí latía un corazón que amaba.

Maléfica y terrible

no quiero pronunciarla.

Flagela la estructura de mi Yo

y presiona mis ansias.

Es absurda, insustancial.

¿Quién la dejó en mis labios? ...

No quiero pronunciarla.

Con su cresta carmín

anuncia el gallo

su expresión más alta.

El eco se desprende del sonido

y una lágrima cae, ensangrentada...         

TU...

 

Firma tú esta cláusula de oro

el tiempo se diluye y no es mi culpa

hay crisálidas vírgenes que laten

en el materno seno que las cubre.

 

No desmayes, la ruta de los mares

como astas al viento se dilatan

y flamean banderas que enarbolan

los himnos en la voz de los que aman.

 

Pulsa tu corazón, tú eres testigo

ya regresan en marcha uniformada

escuadrones vasallos de un imperio

con látigos de fuego en las entrañas.

 

Cual tifones los hijos de la ira

melodrama sangriento de una hazaña

tú eres el meridiano del silencio

te asiste la heredad que no se alcanza.

 

Te persiguen los cantos de sirenas

llevas el camafeo de una lágrima

desafías tinieblas insondables

y te bebes a sorbos la nostalgia.

 

¿De qué marasmo llegas? El alba

te ilumina y llegas a nosotros

y traes el resorte de los siglos

el tiempo de tu noche se eclipsaba.

 

Tú eres la tempestad, luego la calma

en tu mano derecha una estrella

misionero de todas las batallas

firma tú esta cláusula de oro.

EL TIMBRE

 

El sonido en el timbre de mi estancia

transfigura la idea del capricho

es tan mío el decir, que yo confío

a calmar esta sed que me devora.

 

Dime qué mano, caprichosa toca

el timbre de mi estancia, su sonido

es un eco y dolor a mis sentidos

nadie espera en la puerta que yo abra.

 

Mi beso trasnochado de suspiros

es un turbión de fuego, terrible llamarada

es el viento que gime adolorido

y traspasa el umbral sin decir nada.

 

Oh, miserere toque que taladra

mi débil corazón que sólo espera

diluirse en el vaso que contiene

el licor de su beso y mi quimera.

ENGARCE DE AMOR

 

                        A Magda y Luis Mario

 

Albricias al Poeta y su Musa

gala de un estar en fecha.

Engarce de dos anillos

amor tallado con gemas.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

 

Mirad, la noche despliega

una bufanda de sueños

junto a sus hijos y nietos

panal de sabias abejas.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

 

Las rosaledas se hospedan

en Veinticinco Corolas

embriaguez de haber sentido

pasión, delirio y sorpresas.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

 

Veinticinco pentagramas

forman Veinticinco Estrellas

cierre de un broche esmaltado

para el cofre del Amor.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

 

Mítica ofrenda de sueños

vesperal canción de seda

armónicas y violines

Amor de horas supremas.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

 

Intermezzo, Bodas de Plata

para un lírico poema

de un Príncipe enamorado

y su Musa, la Princesa.

 

¡Alzad las copas, brindemos!

TE ME GASTAS, AMOR...

 

Te me gastas, amor, como una aguja

que de tanto coser ya nada cose;

y dejo que mi lluvia se rebose

para enhebrar de azul una burbuja.

 

Desde el ojo sin hebra se dibuja

tu solitario corazón en pose.

Mi amor deshilachado se descose

y mi cansado corazón se estruja.

 

Vengo a buscarte donde el mar me reta.

En mi mano la aguja ya es saeta

para buscar el centro de tu espacio

 

y clavarla a tu amor como un suspiro

y regresar después a mi retiro...

¡y en mi pecho clavármela despacio!

LA TARDE

 

Cierra la tarde su broche de brillante.

Termina el ave la fuga consentida.

Le da la palma su rumor de besos.

El río metaliza su armonía.

 

Como hebras de sol que se deslizan

se ven palidecer las margaritas.

En raudo vuelo se elevan las palomas

dando una nota gris, de despedida.

 

En los rubios cabellos de los niños

deja la blonda de sus mañanitas;

en la espiga del trigo que ha crecido

enreda su brillante serpentina.

 

En la ciudad flotante de su ensueño

va develando estampas de sabios moravitas.

Como un disco de fuego en occidente

absorbe gota a gota su retina...

 

Y engarza la mejor de sus alhajas

en el preciso instante de su ida.

Cuando la noche tiende los celajes

y le llena de humo ¡la pupila!...

POEMA

 

Deshabitada noche

yo soy tu fiel amiga;

tu lágrima, que llega hasta las flores

se parece a mi lágrima cautiva;

tu vigilia, preludio para el beso

se desliza a mi boca peregrina

y en la doblada sombra de los árboles

se proyecta tu imagen compasiva;

y alivias mi dolor, que está presente

cuando la niebla oculta tu pupila.

Sudario gris que a tu reloj sin tiempo

le va restando floración de vida.

Tiempo sin voluntad para mi hastío.

Restado amor sin alas para el sueño.

Alas negras de intenso desvarío.

Las esferas del tiempo lastimoso

me entregan la tristeza de tu sino.

Te enviaré la llave de mi cofre

cuando llegue al final de mi destino.

Hallarás el tesoro de mi pecho:

heptacordes y líricos suspiros.

DIME

    

Dime vaga visión, en aterida

fuga de luz y daga de tormento

ansiedad de sentir, ya lo presiento

en el árido campo de mi vida.

 

Desolación, campana reprimida

al toque celestial del firmamento.

Voz infinita que predice, siento

mi corazón con alas sin salida.

 

Hechizo de una luna nacarada

eclipsando mi noche desolada.

Violento y furibundo desatino.

 

Antojo que me lleva a la deriva

estoy frente a la cruz y sensitiva

veo cruzar la red de mi destino.

PETRIFICADO

 

Firme promesa, inútil desafío

cristal de Bacará, sonido roto

campanada, suspenso de lo ignoto

incrédulo decir, todo es tardío.

 

Escucho tus pisadas, siento frío

grito agudo, decir, un alboroto

preámbulo de luz a lo remoto

estrenando tu canto con el mío.

 

Canalizo tu voz sobre la tierra

justifico mi lágrima, encierra

tu palabra y la mía transferida.

 

Bohemio y sublimado ruiseñor

esférico contraste a mi dolor

nave sin puerto, ruta sin salida.

LA ROSA (I)

 

Si tu palabra me llegara sonora

si llega con el beso prometido

anúnciate en el trino que enamora

señalándome amor, calor de nido.

 

Ayer corté una rosa, ha llovido

languidez al decir, se fue la aurora.

Retorna a mi razón lo presentido

tu reloj se detuvo, hora tras hora.

 

Espiral de mi noche conmovida

castillo medieval a mi desvelo

azulejo de luz que llegó al cielo

 

vuelo de una locura a su albedrío

ya no hay sed de pasión, todo tardío.

La rosa que corté quedó sin vida.

LA ROSA (II)

                 

La rosa que corté quedó sin vida

malabares de un sueño no logrado

torpe roce del viento a lo ignorado

fracturó una pasión no concebida

 

suspenso, en un ¡ay! que no se olvida

celeste cielo, un sol anaranjado

no se pudo mentir y desligado

otra ruta marcó en su partida,

 

numen y vuelo, imagen de la rosa

¿adónde fue la alada mariposa

detenida en el lapso de un retiro?

 

levedad en el tránsito del sueño

nostálgico decir, su caro empeño

se quedó en la corola del olvido.

ESTAS PRESENTE *

 

Su corazón allá, frente al paisaje

de su isla de sol, de sal y arena

presente en el panal de su colmena

y la ira punzante de un ultraje.

 

Poeta Nacional ¡Cuánto coraje!...

Eslabones siniestros de una pena

se transforman en luz ultraterrena

marcando un derrotero en cada viaje.

 

¡Cuánto decir y cuánto desvarío!

Fuerte nudo de mar donde un navío

corta la vena azul de la corriente.

 

Justifican cien años un tesoro.

Pulsa tu lira un ruiseñor de oro:

Poeta Nacional: ¡Estás presente!

 

*Primer premio al mejor soneto dedicado a

Agustín Acosta, Poeta Nacional de Cuba,  en el

concurso auspiciado por el Municipio de Matanzas.

TRANSMUTACION

 

Ya no puedo contigo;

se me doblan los hombros

se me rinden los brazos

se me inflaman los ojos.

La corteza del tiempo

se me enreda en el cuello;

el jinete del viento

me despeina los sueños

y la resaca hambrienta

de febriles pasiones

va tentando mi carne

como fruto en sazón.

Ya no puedo contigo.

Tú, que todo lo puedes

todo me lo has negado.

Tú, que todo lo vences

inmortal soberano

galopando sin freno

te ensañas con el mar.

Con tu carga de sombras

te resistes a andar...

Un tatuaje de muerte

te transfigura el rostro.

Así vas persiguiendo

el rastro de lo ignoto.

Se me agrieta la boca

como surco reseco

la acidez me consume

la garganta sin ecos.

Tú, que todo lo puedes

y todo me lo niegas;

tú, que todo lo vences

¿qué has hecho

con mi estrella?

Ya no puedo contigo.

Se me van escapando

los últimos latidos.

Se me van presentando

como danza macabra

espectros que se acercan

y gnomos que me llaman.

Has violado el secreto

de mi mundo interior.

Dame al fin lo que ansío.

Ya no puedo contigo;

se me unen las páginas

que han formado mi libro;

se me pinta de negro

mi castillo rosado;

se me va amortajando

mi corazón sin trinos.

En el festín prosaico

de mi materia yerta

nacerán los gusanos

como rejas injertas.

Y después que se nutran

de mi traje de poros

¡ay... mi cuerpo dolido

tus huesos, serán polvo!    

LA MUCHACHA

 

La muchacha de quince primaveras

se puso triste cuando el mar miró...

Dibujaba la tarde su silueta.

La muchacha era el sueño de un poeta

y en el ala de un sueño se escapó.

Su vestido de seda reflejaba

la gris tristeza de su corazón:

pensamiento que el alma aprisionaba;

suspiro detenido en oración.

La muchacha de cintas amarillas

un perfume violeta nos dejó...

Miraba el mar anclado a sus rodillas

y sin decir palabras se alejó.

En la playa quedaba su pañuelo

olvidado tal vez como ese amor

que citó a la gaviota para un vuelo...

y el resplandor de un astro la cegó.

EL SECRETO

 

Y me llegas en ondas coronado

no como ángel ni Cristo redentor:

sencillamente desplegando amor

porque fui de tu vida lo soñado.

 

Levedad del ensueño desplegado

cuando perdió la dicha su color:

lacerado rubí, astro en fulgor

para cubrir el rostro de lo amado.

 

Silencioso por qué de cada noche.

Sola con mi dolor, cerrado broche

que su mano invisible puede abrir

 

y extrae de mi vida este soneto.

Conjurada a su amor guardo el secreto

que alivia la razón de mi existir.

MIO FUE EL MAR

  

Mío fue el mar aquella tarde

cuando por vez primera vi tus ojos

abrazar la ansiedad de mis antojos

como unen el cauce de sus bríos

las márgenes silentes de los ríos.

Pero fue demasiado mi delirio

quise llegar a ti envuelta en olas

para que tú pensaras que yo era

la doncella del mar que besa el alba

y sonríe en los brazos de la aurora.

Creyéndome la ola

que se esfuma

como un sorbo de espuma

que el marino jamás logra tomar.

Te fuiste con tu nave hacia otra playa

ignorando que dentro de mi pecho

mi pobre corazón quedó deshecho.

¡Mío, fue mío y lo perdí en la bruma!

LA MODELO

 

La modelo del pintor

desnuda como una rosa

posa, sin saber que pasa

volando una mariposa

atraída por el arco

que ilumina la belleza

la mariposa despliega

su fantasía de ser.

 

Volando llega y se posa

sobre un seno de mujer.

Plasma el lienzo la grandeza

de la mariposa blanca

la modelo, sigue en pose

sin saber qué cosa pasa.

 

Por hoy termina el pintor:

cubre el cuadro con la tela

y tras un leve rumor

la mariposa se aleja.

Pero el pincel de su amor

eterna vida le ha dado:

¡La mariposa ha quedado

engastada en una flor!  

AMOR

 

Hay un volcán que estalla en fuego vivo

igual que un horizonte de mi pena

igual que este dolor que me condena

negándome el cendal de un lenitivo.

 

Por todo este sentir, lágrima mía

no me hagas morir sin detenerme

en la escala del verso florecerme

último testimonio a la alegría.

 

Ser, sin dejar de ser, lira viviente

desprendimiento a todo lo divino

alcanzar de la esfera de Aladino

el mágico arrebol de un sol naciente.

 

Ver fundirse en la luz lo ya soñado

vórtice del volcán herida impía

taladro vertical junto a mi vía

fragor de un imposible a lo esperado.

 

No: Contesto al temblor de la centella

al iracundo genio mar en vilo

van tejiendo una malla, rudo hilo

para apresar el sino de mi estrella.

 

Devuélveme amor el caro anhelo

morir si es necesario sin la llama

de esta cruel sensación que me reclama.

¡Liberarme hacia el valle de tu cielo!

 

Contemplar desde allí el infinito

pedestal de tu amor mis ojos vean

del siniestro volcán donde se crean

los ávidos rencores, lo maldito.

 

Quiero ser surtidor de una fontana

agua limpia naciendo de tu hondura

mi dolor convertirlo en tu dulzura

y ser un girasol en la mañana.

 

Desintegra la llama de este fuego

deshabitada estoy de mi presencia

alíviame amor de esta dolencia

jamás podré mentir, es puro ruego.

 

No demores, espero tu respuesta

partícula de un sueño no soñado

sólo soy un por qué de lo ignorado.

¿Qué ruta he de seguir? Dime si es ésta.

 

Cansada estoy nutriéndome del canto

que mi alma no eleva hacia la altura

quebrándome la voz y mi figura

soy fuerte en mi sufrir, ¡y me levanto!

 

Hay un volcán que estalla en fuego vivo

el negro terciopelo de mi pena

intercede mi estrella y me condena

negándome el cendal de un lenitivo.  

ROMANCE DE LA NIÑA CIEGA

 

Estaba la niña ciega

tras una fuga sin tiempo

remolinos de aguas negras

y tempestades inciertas.

 

Como alejada de un todo

a jugar con las muñecas.

Al nacer todo fue júbilo

después, vieron que era ciega.

 

Estaba allí sin saberlo

muy adentro la tristeza

giraba en un mundo ajeno

de soledad y pobreza.

 

Qué daño hizo que fuera

del silencio de las horas

una migaja del tiempo.

 

¿Qué remolinos de viento

qué valladar sin fronteras

qué carga de pesadumbres

quiso que su vida fuera?

 

Pero la niña escuchaba

una voz dulce y serena:

Mañana llegará un ángel

a tu ventanal de penas.

 

Sigue sus pasos no le temas

vista tendrás a tu antojo

verás volar sin reservas

Querubines que te esperan.

 

Y un tallador de diamantes

te regalará una estrella

y Dios desde el infinito

te entregará una diadema.

 

Se escuchará en letanía

un adiós sin mucha pena.

La niña ciega llevaba

dos alas de pura seda.

 

Y cuentan que aquella niña

de día ensartaba cuentas

sus dedos eran agujas

de silencios en espera.

 

Y libélulas angélicas

día tras día llegaban

a recoger los collares

que dejó la niña ciega.  

DOY LA ESPALDA...AL SILENCIO

 

Doy la espalda al silencio

al vacío total de las preguntas

al infotunio de una noche

sin tiempo para el análisis

de lo que pudo ser y no fue.

 

Fragmentario goce de amor.

Estoy sentada en la falda

de todos los contornos.

El ala del viento roza mis sienes

el alfiletero de mis dudas

va clavando las agujas

de un por qué sin solución;

no tengo nada que coser

mi vestido de sueños

está lleno de hilachas.

 

Doy la espalda al silencio

y digo adiós a los testigos

que me vieron marchar.

Al vacío total de las preguntas

similitud en el centro propicio

de una noche de espera.

 

Estoy sentada en todos los contornos

¿quién me dará su ayuda?

al contenido de mi propia razón

segura como el ojo de luz

que llega hasta las rosas

he de sentir mi senda

en etérea evasión, saeta azul.

Entregaré a la Madre Tierra

en litúrgico amor, mi acto de fe.  

DECIR

 

Aníllame a los altos ejercicios del viento

le dije a la mañana de gesto singular

indolencia agridulce de su verbo sin tiempo

sin éxtasis profundo y nunca despertar.

 

Perezoso bostezo sin aliento a la vida

quebró el ala del viento con ansiedad de flor

y vi la caravana de nubes sin esquinas

cubrir la azul quimera de mi oferta mejor.

 

Proseguí por la senda sin olvidar su gesto

recogiendo los pétalos que el viento maltrató

latido de una pena, sonido de un lamento.

 

Ya sola en mi recinto le hablé a mi corazón

imprevisto reflejo por mi ventana abierta

me señaló la estrella de mi noche de amor.

DOBLEGUEZ

 

Medir quiero la altura con mi cinta de oro

congestivo ejercicio dilatando un adiós

Pegaso me sustrae, litúrgico embeleso

sobre sus alas rosa, siento el beso del sol.

 

Pero la noche avanza con estragos de sombra

ultrajando la esfera de mi sueño de amor

diabólica figura me lanzó una moneda

pagándome con ella mi esdrújula visión.

 

Tiene forma de estrella con estrías que hieren

en mi pecho la llevo como un dardo clavada

filosofal anuncio que me señala el fin.

 

¡Oh, genio!, no destruyas mi anhelo todavía

con mi cinta de oro voy a medir la altura.

Dimensión ultralírica de mi ataúd sin flor.   

LA EDAD

 

La edad es como un grito

un trapecio de nubes

un quimérico sueño

un suspenso...

un estar y no estar indiferente

un relámpago violeta sin alcance

un anuncio terrible sin remedio

un capricho asustado sin preámbulo

un instante supremo

que nos deja con sed

un sentir y no estar irremediable

una razón injusta sin quererlo.

La edad es como un grito

en la raíz del hombre sin saberlo.  

ME DECIAN ADIOS (I)

 

A través del cristal de mi ventana

yo veía pasar extrañas gentes

de rostros martillados por el tiempo

y un fardo mutilado de esperanzas.

Algunos me decían adiós

y yo les contestaba.

Uno me dijo: Dame tu pañuelo

espéralo mañana, vendrá una golondrina

a dejarlo otra vez en tu ventana.

Otro me dijo: Dame tu bufanda

mañana la tendrás orlada en perlas

para adornar tu cuello de muchacha.

Otros nunca me vieron

mas yo les esperaba.

Unos iban camino de las sombras                        

y ya no regresaban.

Un pensamiento de ternura inmensa

tras ellos de mi pecho se escapaba.

Esas gentes extrañas

de rostros martillados por el tiempo

y un fardo mutilado de esperanzas

formaban la legión de mi nostalgia.

Mi juventud pintaba mariposas

para el lienzo sin rosas de mi casa. 

ME DECIAN ADIOS (II)

 

Tras el gélido beso de la escarcha

el adiós de esos rostros imprecisos

me translucían un lenguaje arcaico.

El invisible anciano de las nieves

mostraba como un cetro su guadaña.

Un gravitar anuncio de nostalgia.

La bufanda sujeta de mi cuello

precisaba en mi ser una esperanza

como blanca gaviota liberada.                  

El prisma de mis noches señalaba

mi casa transfundida y desolada.

Sin cuadros...

Sin reloj...

Sin una lágrima.

Cernía el viento mi tristeza lánguida.

Mis manos temblorosas recibían

los pinceles de un alba imaginaria.

Mi juventud pintaba mariposas

para el lienzo sin rosas de mi casa.            

NADA

 

Surge y queda suspendida

nimbado espejismo le sirve

de pedestal, triángulo de una

posible entrega, negación absoluta.

Ni ahora ni después, ¡no!

 

Los eslabones del tiempo quedan

quebrados y fallece con la nitidez

de una azucena un quimérico apunte.

 

De nuevo surge el nimbado pedestal

del sueño, en el cóncavo espejo

quedó el rostro descompuesto

de una terrible máscara.

 

Sale a flote la onda del tiempo

perdido apunte de una ebriedad

de azulados reflejos, lo quimérico

ha dejado de ser, sólo queda

la negación absoluta, ¡no! 

DOBLE

 

Sublime exaltación

donde el rostro de Adonis

quedaba reflejado

en el espejo líquido

de los lánguidos lagos.

Mitológico hechizo

perfecta simetría

Adonis reflejado

en el vitral abstracto

de sublimados sueños...

Y la voz del poeta

atravesando el supremo

universo, como el ave

escalando las cumbres.

Luz de todos los soles

el Poeta es un signo

frente a la Esfinge única

de una flor, un lucero

del Poeta y su lira.  

ENIGMA

 

Hay que decir a veces

tú estás, yo estoy y...

aquellos que no veo sus rostros.

Afónicos, anímicos, desolados.

 

¿Por qué han quebrado el vuelo

de sus limpias escalas?

¿En qué bosque sin frondas

han dejado el acorde

sepultando su trinos?

 

Tú respondes, fijando

de tu fichero absurdo

en mi cerebro un signo.

Multiplicando en cifras

los calculados siglos.

 

Latitud infinita de tu razón

de ser, un óleo desgastado

insustancial y agónico

ajeno a la razón.

 

Sublimado en el centro

de una metamorfosis

se dividen los sueños.

Tú estás, yo estoy y ¿aquéllos? 

FURIA

 

Sólo su nombre queda

para el ensayo trágico

de vivir sin miedo.

Era una pasión de fuego

cristalizada en el impulso

demoniaco de una fiera.

Tenaz y lacerante, hasta

caer vencidos al suelo.

 

Sólo su nombre queda

el genio de las noches

espectrales, ha muerto.

 

Nocturnal balance del viento

les entrega alas, quiero

un insólito alcance.

Fino cordel de seda, alto oficio

lumbre de una llama, delirante.

caricia de los deseos.

 

Pedirle quiero a Orfeo

de su pulsada lira

una mágica estrella. 

ARCANO

 

Los monjes temblorosos sujetan

sus rosarios, del cielo ruedan

al vacío fuselajes de truenos.

 

Trepidan las ventanas

queriendo traspasar

la hora de sus rezos.

Trae una mueca fantasmal

de maléficas ideas, un Genio.

 

Lacera las espaldas

de centenarios robles

arqueando sus ramas.

 

El Genio se difunde

el calor de los sirios

le ha quemado la frente.

Los monjes en silencio

besan la cruz, justificada

de Jesús el Nazareno. 

LA GOTA

 

Me dijo el mar: “Refugiate en mi onda;

estrena tu dolor en mi sustancia;

abriga tu dolor en la estatura

del viento que te besa y se hace lágrima.

No llores; tu tristeza me confunde.

Despídeme esta noche

agita tu pañuelo sin tardanza.

No volverá el amor que tú esperabas.

La lágrima que brota de tus ojos

se hace perla en el fondo de mi entraña.

La esperanza se viste con tus rosas...

Las estrellas alumbran tu nostalgia.” 

NOCTURNO DE UNA NOCHE ENFERMA

 

I

Y la noche bostezaba su lamento

y la niebla adormecía los ensueños

y la lluvia goteaba sobre el alba

la fantástica silueta del misterio.

Ya la hora del insomnio se alargaba

como cuerdas invisibles por el viento

y era un ópalo de muerte la mirada

de la noche que arrastraba su lamento.

Ya las lenguas de la llama se enlazaban

cincelando el aquelarre del infierno

y el nocturno de las horas proseguía

divulgando la ansiedad de los secretos.

Almas fuertes que soportan

la visión de los espectros

¿por qué siguen la ilusoria

vanidad de los ensueños?

¡Oh, la negra caravana!...

¡Oh, la negra caravana del misterio!...

 

II

Con el toque de campanas

por el árido desierto

caminantes extenuados

despojados de sus ropas

y esqueléticos sus cuerpos

ya prosiguen bajo el soplo

del fantástico misterio.

Luna llena, faro errante

sin estrellas ni luceros.

Negros puntos se acercaban;

acechaban el encuentro...

¡Alas negras de los buitres

tras la presa de los pobres

caminantes del desierto!

¿Dónde van?, ¿a dónde siguen

por el árido desierto?

¡Oh, la negra caravana!...

¡Oh, la negra caravana del misterio!...

 

III                   

Rastrillando el infinito

van los rudos golpes secos

anunciando la llegada

pavorosa de los truenos.

Rudos golpes acerados

del taller de los infiernos.

El zigzag de los relámpagos

guiño elástico del tiempo

va llamando a las doncellas

que despiertan asustadas

frente al trágico escenario

de una noche de lamentos.

Fuegos fatuos a la entrada

del antiguo cementerio.

¿Por qué giran, por qué danzan

las doncellas que se han muerto?

¡Oh, la negra caravana!...

¡Oh, la negra caravana del misterio!...

 

IV

¡Quién pudiera responderme!

Eco trágico del viento

disipar quisiera al punto

la tiniebla del misterio.

Atraídos por su influjo

van los pobres caminantes

sin después para el regreso.

Ante mí, visión desnuda

afilada hoja de acero

con su mano descarnada

me convida para un reto.

Lampadario de la noche

no te olvides, yo no he muerto.

Esa sombra que prosiga

a la celda de su encierro.

¿Por qué doblan las campanas?

¿Por quién toca el campanero?

¡Oh, la negra caravana!...

¡Oh, la negra caravana del misterio!...

 

V

Hacedor del Universo

haz que brote de las flores

puro aroma, nuevo verso.

Con tu ejército de ángeles

aniquila la terrible

herejía del infierno.

Rompe el yugo de la ira

de Satán en su aposento.

Los tortura... los vigila...

los conduce a un cautiverio.

Tras la fuga de las horas

van los pobres caminantes

atraídos por el soplo

de una noche de misterio.

¿Dónde van los fugitivos

por el árido desierto?

¡Oh, la negra caravana!...

¡Oh, la negra caravana del misterio!...  

RETORNO IMPOSIBLE

 

Esos que van con la mirada triste

convictos para el trance del misterio

que en la posada de la noche dejan

un engendro de amor para lo incierto.

 

No regresan jamás por el camino

donde dejaron la mitad de un sueño.

Convictos para el próximo quejido

acta firmada con desprecio al miedo.

Epitafio nocturno de las horas

sellado con la cruz de un juramento.

 

La hoja del puñal cede a su impulso

para clavarse en la pared del viento.

Esos que van con la mirada triste

convictos para el juicio de los genios

no regresan jamás por el camino

donde dejaron la mitad de un sueño.

FIEBRE LOCA

 

I

El mar me dijo: "iza tu bandera

despliégala en el asta del hastío;

azota tu dolor como yo ansío

gaviota de la tarde en primavera

 

respóndele un jamás a tu manera

y ocúltale el por qué de tu desvío

desnúdalo de todo lo sombrío                 

y niégale el amor de tu quimera."

 

Necesito llegar, lo estoy queriendo

en busca de su amor, casi muriendo

de yodo y sal para mi fiebre loca.

 

Aspiro frente al mar el aire puro

renovada mi fe, yo te conjuro

arrancarle mis besos de su boca. 

SI TE DIJERA ADIOS

 

II

Si te dijera adiós, ¿de qué valdría?

si has quedado sujeto de mi pecho

si el horizonte azul quedó deshecho

ya me quema esta llama en rebeldía.

 

Si este grito se vuelve sinfonía

esta razón de ser es más que un hecho

es que sobra el orgullo y el despecho.

Si te dijera adiós me moriría.

 

Recordándote amor, que soy tu esposa

para calmar la sed de cada rosa

mi lágrima se filtra en el rocío

 

en túnica de anhelos te reclamo

diciéndote otra vez, ¡cómo te amo!

Tu beso indiferente me da frío.  

SERAFICO

 

De la eterna clepsidra del poeta

surgieron en un mar verde azulino

altas como el real Pico Turquino

espinelas rimando una cuarteta.

 

Mi oído recibió como Julieta

en romántico hechizo femenino

un laúd melodioso, diamantino

soplo de la ilusión firme y discreta.

 

Mar de incesante ritornello era

las rimas deliraban en la espera

sensitivas al sueño por Orfeo.

 

Verde azulino broche circundaba

el soneto de amor que señalaba

un adiós de seráfico aleteo.

HEREDAD

 

Silba el viento...

como un huérfano que llora

como una heredad que asoma

rimando eterno lamento.

 

De la madeja del viento

se va trenzando una orquesta

los violines ya comienzan

en continuo desafío del dolor

cimbradas quejas

alas que se van y dejan

los nocturnos del destino.

 

Los pianos, tecla por tecla

por unas manos divinas

dan leves notas y afinan

la obertura magistral.

 

Todo parece indicar

que la noche no termina.

 

Danzan las sílfides, y la Luna

baña de plata las horas

la lira de Orfeo llora...

nimbado sueño de amor.

 

Una voz quiebra las horas

la fusta del viento toca

los ecos de un miserere

van devanando los pétalos

uno a uno para el clásico

nocturno de un ruiseñor.  

SALUTACION AL UNICORNIO

 

Unicornio de cuerno trenzado

mitológico hechizo pulsado.

 

En el vasto horizonte del día

cuatro anillos te sirven de guía.

 

Espirales de alas en vuelo

hacen ondas de luz en el cielo.

 

Densa arcada un artista colora

tras el beso sutil de la aurora.

 

Filigranas de bellos Querubes

te reciben vestidos de nubes.

 

Entre el alba y la rosa de fuego

se dilata una voz, en un ruego.

 

Sea lágrima azul, mar en celo

al instante supremo a tu vuelo.

 

Leve toque tesoro, de un sueño

Ave Fénix corona tu empeño.

 

Eres bello, tan bello que siento

difundir estos versos al viento.

 

Una musa a un ritmo sonoro                                

pulsará una lira de oro.

 

Como raudas columnas en vuelo

se avizora una luz en el cielo.

 

Unicornio de triste mirada

¿hacia dónde será tu llegada?

 

Se diluye en un ¡ay! una nota

milenaria razón, ya remota.

 

Llevarás del danzario embeleso

las escalas sutiles del beso.

 

Saturado de tiernos anhelos

ya te cubren seráficos velos.                     

 

Y la inmensa coral Celestina

con adagios de amor se encamina.

 

Aguardar en un cofre sellado

Unicornio, tu cuerno trenzado. 

SALUTACION AL CISNE

 

               "Se ha enfermado el cisne, ya no

                       abaniquea su blanco plumaje"

                                Poetisa Ivonne M. Martín

  

Celajes noctámbulos

descifrando ensueños

sin hallar respuesta

madejas doradas

del beso incorpóreo

del Cisne de Leda.

 

Son vanos reflejos

son liras dormidas

mas una, despierta

y busca incesante

las ondas celestes

del Cisne de Leda.

 

Espera un llamado

no tarda, le llega

la bruma lo envuelve.

El llanto de un niño

traspasa la esfera

del Cisne de Leda.

 

Las ondas del lago

se irizan de pena.

Le ronda el silencio

son ascuas azules

de líquidas hebras

del Cisne de Leda.

 

Convulsión del éter

de llama perpetua.

Fragmentados puntos

y líneas opuestas

van marcando pautas

del Cisne de Leda.

 

Ya pulsan sus liras

sensibles poetas

es mucho el encanto

un signo avizora

el vuelo ascendente

del Cisne de Leda.

 

Flotan en el aire

marfiladas perlas

se abisma un contraste

y quedan sujetas

al cuello arqueado

del Cisne de Leda. 

INSUSTANCIAL

 

Tejerle telarañas a la sombra

con las agujas místicas del sueño

entregarle en un soplo a las arácnidas

los capullos de seda de una idea.

Desligar a la noche confundida

del lánguido bostezo de una boca siniestra

y marcar con un punto las señales

donde mañana nacerán estrellas.

En el ¡ay! de una mueca tenebrosa

coronarla de mirtos y diademas

tras los claros destellos de una idea

la sombra dejará velos azules

al perfil de una lágrima en espera

succionando horizontes sin medida

fuera de la visión de otras esferas.

Cortando las estrofas laceradas

la pupila del monstruo que se escuda

del marasmo irreal que lo condena         

sentirá la amargura de un latido

en el agudo grito de otra idea.

La sombra dejará su paso ingrávido

envuelto en telarañas de reseda.

LA FUGA

 

La fuga tempestiva de una llama

una llama en azul de terciopelo

fue lívido temblor en pleno vuelo

caricia de un amor en su oriflama.

 

Extracto de una flor, para la cama

donde un cuerpo reposa su desvelo.

La fuga se proyecta y es un velo

para el alma sutil que la reclama.

 

Pero se va de prisa el embeleso

se disuelve la llama de ese beso

tras el eco de un clásico suspiro.

 

Y al concluir la fuga no soñada

en los dedos del viento clausurada

el Amor se hace lira en su retiro. 

VIAJE

 

Voy a zarpar... dije al mar;

mi risa bañada en sol

como abanico de amor

al norte quiere llegar.

Estoy vestida de arena

orlada de caracol

brújula por corazón

a mi paso se revela

nudos que atan mi vela

y no me dejan llegar.

Desnuda el viento al parar

la gaviota de la tarde

es el soplo de la vida

que le da marco al paisaje.

Envuelto en negro crespón

ruge el mar adolorido

bandera de rebelión...

contra el genio enfurecido.

Quiero llegar sin retraso

al norte de mi ansiedad

desde su torre, vigía

me espera mi capitán.

Pliega la ola mi talle

como copa de champagne.

Desriza el viento al pasar

mi cabellera de sueños

no pretendan carenar

la nave de mis anhelos.

Voy a zarpar... dije al mar. 

EL EMPERADOR

 

Y me fui descalzándome en la hierba

tapizada de amor por el rocío;

vaguedad de suspiros, lento río                                      

moribundo sentir de mansa cierva.

 

En lo azul de la onda se conserva

el encanto sutil a ese desvío

mariposa en el cáliz del hastío

citada por la noche que lo observa.

 

Y no volvió por el camino andado

la mariposa se entregó al amado

emperador de un mundo diferente.

 

¡Ay!, ¿para qué luchar...? nada importa.

Fiero ciervo tu esclava te soporta.

¡La mariposa besará tu frente!

LA VOZ DEL CORAZON

 

Cuando la voz del corazón se canse

y no encuentre una puerta de salida

ha de rendir el último tributo

a la rimada estrofa de la vida.

 

Cuando quiera partir ha de ser ala;

escalará la cumbre desolada

para plasmar en realidad su duelo

y convertir en muerte su mirada.

 

Cuando quiera partir tendrá consuelo;

una lluvia de amor hará su entrada

para vestir el alba de corolas

y perfumar la atmósfera del cielo.

 

Cuando quiera partir habrá llorado

todo aquel que la vio en la primavera:

novia fue, y en el lienzo de la tarde

ha de quedar el rostro de su pena.

 

Cuando quiera partir, ¡ay, armonía!

de cada corazón toma un latido

para que vaya el eco conmovido 

tras el último adiós de su agonía.  

PARTICULAS

 

Más lúgubre, sombrío, desolado

agudo grito por un rayo herido

contraste irremediable de las horas

llanto infinito del dolor del mundo.

 

Ejes siniestros, cilíndricos ajustes

visión de raudos vuelos por segundo

traslación de la luz sobre las carpas

donde viven los magos taciturnos.

 

Mar infinito, descompuesto, absurdo

más cerca del dolor, alas sin rumbo

amantes visionarios van pulsando

en su sentir terrible mansedumbre.

 

Los caminos trillados van quedando

sumados a la puerta del olvido.  

Allá se hospedan sin decirnos nada

los genios de la forma sin sentido.

 

¿Qué sustancia, qué energía del ser

forman la convulsión de un infinito?                              

Cae la densa noche, se juega un ajedrez.

El néctar y la rosa se han dormido.

 

Superflugios de intentos que no llegan

a entregarnos las cuentas del destino

cúpula interna del Planeta Tierra

pulsan el éter sin ningún sentido.

 

¿Qué sufragio, qué ira, qué vehemencia

de todo lo soñado y a veces no vivido?

Simplemente partícula de un todo

levedad, sustancia transitoria

en el eco sonámbulo de un grito. 

FUGITIVA

 

Fugitiva del tiempo teje en la fronda

la bufanda del canto para mis ojos

idealiza en la noche mis tristes sueños

y perfuma mi alma tras una ronda.

 

No fustigues mi carne con tu silencio.

No me inyectes el ciclo de tu nostalgia.

Toma nota del canto por que me anuncio.

Esta noche mis nervios con su neuralgia

disminuyen la esencia de mis latidos.

 

Deleitosas arañas casi minúsculas

herderas triunfales, han de nutrirse

de este sentir sin canto para mis alas

de esta lira profunda que me adormece.

QUEDA UNA ESPERA

 

Meditabundo andar

la aridez me sustrae

las fracciones de amor

por lo vivido, sueños

en el arpa somnolienta

de los pasos gastados

del andar de los siglos.

 

Apagada visión

muere el embrujo

queda la realidad

en el franco horizonte

de aflorado realismo.

 

La rosa, el ave, el crepúsculo

y el horizonte, tiempo

en la línea divisoria

separando espejismos.

 

La gota se desprende

de la altura hacia el río

ondulante y tenaz

prosigue, anillando

el gorjeo sonoro de los trinos.

 

Nidal donde la voz

se va en el viento

y regresa en el viento estremecida.

La octava cicatriz

estrena un canto nuevo

en la raíz del trigo.

 

Nutriente voz para decir

Yo soy testigo y reverbera

la avidez por todo lo vivido.

 

Meditabundo andar

fronda del alba, sueños

arcada celestial a lo divino. 

RECIBELA

 

Mujer, ésta es mi lágrima, recíbela.

La claridad del alba la sustenta

la transparencia azul del mediodía

la afinada presencia de un mal signo

ritual para el ensayo de las sílfides

presencia en gris para iniciar el día.

La perla de mis ojos te la entrego.

En su fondo de luz va mi vigilia.

De su destello azul verás la grave

profundidad de amor que tuvo vida.

De su estuche de nácar no la tomes.

Mírala solamente compasiva.

La nebulosa perderá su encanto

si sujeta a tu cuello la imaginas.

No la dejes muy cerca de las rosas:

quizás, como una gota de rocío

quiera ser, y en su concha se deslíe

para iniciar la fuga del olvido.

Mujer, ésta es mi lágrima, recíbela.

Tiene todo el poder de mi destino

triste como una noche sin estrellas

profunda como el mar de mi extravío.

La casa de mi amor quedó vacía

y me niego a creer que la he perdido.      

AL POETA

 

                        A Jesús I. Callejas

  

En el trapecio de las horas

el Poeta va tentando la magia

uniformada de luz y sombra.

Plasma en su decir la metamorfosis

onírica de los sueños y el misterioso

toque, de poder llegar al punto clave

de llegar a una verdad no pronunciada.

Se hace eco su propia voz detenida

en el multiforme conjunto a todo

lo circundante a su imaginación.

Aforismo vertical del tiempo...

Muy adentro analiza en lo profundo                  

las revelaciones del ser y no ser.

A manera de desquite, corona

sus propias deducciones.

Poético caudal de su yo interno

lleva la herencia de su vital energía

lo traslada a la visión del árbol luz

haciendo posible qué, Jesús I. Callejas

alcance el perímetro exacto

que cubre el por qué somos

frágiles criaturas frente

al magno caudal a todo lo creado

le hace ver al poeta la imagen

fabulosa de una bella amazona

cuyo positivo alcance fortalece

la psiquis del poeta.

AL DANTE

 

Necesito contarte mi odisea

es un grano de arena pero es mía

es el reflejo impar de mi agonía

que no sabe mentir, que no falsea.

 

Yo tuve un tejedor, me dijo sea

mi pájaro de luz me respondía

cadenetas doradas me ofrecía

bajo el ojo avizor que parpadea.

 

Dialogaba conmigo cada noche

hebras de la ilusión, cerrado broche

elevándome al trono de su lumbre.

 

Minúsculo delirio de lo bello

claro de luna de fugaz destello

para ascender a tu dorada cumbre.

AMOR MIO (I)

 

Imposible que muera

este amor mío...

la noche lo sugiere              

y siento

la humedad del rocío

deshojando las rosas

del calendario.

Hay un silbo en suspenso

ya viene el frío.

No me dejes tan sola

en el alero

de tu casa y la mía

canta un jilguero.

Hay un silbo en suspenso

ya viene el frío.

No permitas que el viento

fuerte y soberbio

dé toques incesantes

en mi ventana

y en vigilias de lloros

me haga su esclava.

Deja atrás los caminos

y llega ahora

el invierno me mata

estoy muy sola.

Ven desandando el tiempo

no te demores.

Desafío a la noche

y al calendario

para salvar las rosas

de mi sudario.

Es preciso que llegues

muero de frío

silencioso fantasma

me acecha el paso

es la sombra invisible

de tu fracaso.

Hay un silbo en suspenso

ya viene el frío.

En el alero de tu casa y la mía

canta un jilguero.

¡Ay, este amor mío

que sola me ha dejado       

muero de frío!

AMOR MIO (II)

 

La humedad del rocío

se ha dilatado

ven a decirme ahora

cómo has llegado.

La urdimbre de la noche

tejió sus telas

para cubrir dos cuerpos

y una quimera.

Somos dos y la aurora

que nos recibe

hace nacer las rosas

y los jazmines.

Ven a decirme ahora

cómo has llegado

amor que determinas

sueño y pecado

mira cuánto extravío

para este amor

preámbulo sin tiempo

beso y temblor.

Ven a decirme ahora

cómo has llegado

de ese país remoto

donde has estado.

No dejó de dar trinos

un ruiseñor

mira cuánto embeleso

para este amor.

La divisa del tiempo

me contestaba:

Espera, no te inquietes

vendrá mañana.

Y el eje de las horas

en rotación

señalaba el preludio

del ruiseñor.

Jamás hubo una noche

que me faltara.

Tu corazón, bien mío

me lo enviaba. 

LA VIDA

 

La vida es un trompo mágico

y el sueño un disco de amor

donde llega un trovador

a un horizonte lunático.

 

La magia de un mago lírico

nos indica con temor

que la vida en su fragor

ofrece un cuadro fantástico.

 

Aquel que lleva una lira

que siente, sueña y suspira

en ardiente inspiración

 

tras un erial delineado

hallar quiere lo esperado

y encuentra una sinrazón.  

SIN ESPERA

 

En estas horas en que el sueño queda

suspendido en el "ay" de un pensamiento

quisiera ser el "ay" de una campana

y volar fugitiva tras el viento.

 

Quisiera ser un lloro en la alameda

justificada en gota de rocío;

atravesar abismos sin fronteras;

atar mi corazón cada mañana

 

desatarlo después con mis banderas

para el anuncio de mis primaveras

y aprisionar el ruiseñor tardío

 

en estas horas en que el sueño queda

sin faro... sin vigía... sin esperas

como el triste mensaje que te envío. 

LA HORA DECISIVA

 

No demores tus pasos:

va llegando la hora decisiva.

De su carro de fuego se desprende

el sol como un gigante en la batalla

y las aves, conscientes del ocaso

regresan a los nidos en bandadas:

la noche les depara un nuevo sueño

con vibrátil acorde de chicharras.

 

No demores tus pasos:

el crepúsculo avanza.

La hora del nocturno se aproxima

y la voz del amor hará su entrada.

El silbido del búho vigilante

dibujará en el aire un pentagrama.

 

No demores tus pasos:

la retina del sol se transfigura

y bastará una gota de su llanto

para entregar el cetro que la asiste

al Reino de la Noche que le aguarda

y tras la gasa negra del misterio

se perderá en el mar deshabitada.

 

No demores tus pasos:

va llegando la hora decisiva.

A mis labios de esposa resignada

la palabra que un día fue amorosa

se sumará a la hora del ocaso

si no vienes, amor, para salvarla.  

MUJER

 

A dónde vas mujer

de la mirada pálida...

¿Qué buscas en el puerto

si ho hay barcos?, meridiano

en azul, ancla en la popa

han cortado la vena

de los vientos, tu velero

de amor ha naufragado

en el itinerario de las horas.

 

A dónde vas mujer

de la mirada pálida...

No te vayas a dar como las ninfas

mira que la resaca es traicionera

te llevará hasta el fondo

de su vientre y quedarás

sumida a la inconciencia.

 

A dónde vas, injerto de la vida

dale la espalda al mar

no dejes que te nublen

los sentidos, otro horizonte

le dará a tu pena

nueva espiga de sol

para el soneto de tu primavera.   

LA IDA

 

Como cintas de plata

como estrellas prendidas

hay dolor en mi alma

llévandome la vida

quiero bañarme en rocío

al enlace nocturno de las horas

y al beso frío de la luna clara

apagarme en sus brazos

como apresa la noche

la tarde en agonía...

Y que las tibias rosas

cubran mi desvarío             

y entre la fresca bruma

aliviar mis dolores

y al beso de la aurora

saturada de gracia

ría mi alma

mi corazón palpite.

Un rezo, un suspiro

al compás extraviado de mi vida.

Yerto mi corazón     

descansará mi alma

en el eterno sueño de la ida...  

SUGERENCIA

 

Te pareces al mar cuando su onda

riza el cabello lacio de la espera

formando las estrías divisorias

del faro que ilumina las estrellas.

Imprevisto dolor del que suspira:

tú, la noche y el mar...

unidad de una sola sugerencia.

Larga espera del beso imaginado

nutricia voz que en ecos te persigue

llega a tu soledad como centellas

que fulminan el iris y a tus ojos

hacen ver las visión de las Nereidas.

Capitán de tu barco encallecido

cansado de surcar los siete mares

enamorado capitán que ruges

cuando la noche mi ansiedad te entrega.

Mutilado presagio del olvido

que de la boca del dolor me llega.

Tú, la noche y el mar...

unidad de una sola sugerencia.

Fugitivo te alías con las olas

y mis lágrimas forman su diadema.  

NADIE

    

Nadie sabrá mirarte

con tan sabia dulzura

ni plegará las alas

ni le dará a tu vida

la escala cuando el alma

se sustrae y aspira

su mejor embeleso...

Nadie sabrá decirte

con la voz en arpegios

la ilusión consentida

al creerte mi dueño.

Nadie ha de gustarle

el sabor de tu beso

madrugada de rosa

en mi mundo de ensueño.

Nadie, hombre inconforme

calmará tus excesos

con el ansia infinita

que te di en cada beso.

Nadie con tanto anhelo

le dirá a las estrellas

que le presten el cielo

¡alabastro de Dioses!

para ti pretendía

tras tu vida mundana

se frustró mi alegría.

Para ti, mar de olas...

ya que tú lo conoces

va la voz de mi angustia

como eco en escalas...

al saber que lo pierdo.  

LIRA

   

Estoy cansada de soñar

de ver flotar en el aire

pompas de jabón.

De ver a los niños

haciendo barquitos de papel                                            

ir trazando los días

en el almanaque del año

de mirarme en los espejos

viendo la imagen impropia

de la edad que tengo.

Sintiendo que los años idos

han roto los diques insustanciales

en la esfera de mi tiempo

donde soñar era el preludio

de todos mis efectos.

Estoy en la mitad justa

de una cifra sellada

cien dividido en dos.

Veo cruzar en migratorios                                     

vuelos golondrinas viajeras

dejando atrás los aleros

de castillos feudales.

Las alas del tiempo se duplican               

en éxtasis de amor...

Asomada al ventanal

insustancial de mis pasos

perfilo la silueta de la Parca                                 

que con un gesto de gracia

se retira dejándome el beso

de un día señalado.  

Impressum

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Bildmaterialien: Mujer romana con Khitara (Bocareales Nápoles)
Tag der Veröffentlichung: 17.12.2013

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Widmung:
A mis padres, pura ofrenda. A todos mis Poetas amigos; a la vida.

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